Yo no soy adoptada, sin embargo de niña solía pensar que lo era, sobre todo cuando mis papás me regañaban, castigaban o daban mis buenas nalgadas cuando hacía alguna maldad.
– «Si ellos realmente fueran mis padres biológicos no me tratarían así. Un padre de verdad no le daría a su hija unas nalgadas, ni la castigaría«, concluía yo.
Los entendidos en la materia dicen que los hijos adoptivos tienden a tener problemas de apego. A pesar de tener unos nuevos padres y una familia, no logran sentirse parte de ella. Sienten que en cualquier momento los van a volver a abandonar. Esta inseguridad los lleva constantemente a poner a prueba el amor de sus nuevos padres, con rebeldía, malas conductas, etc., para así comprobar que realmente no los aman como para aguantarlos, es decir que no los aman incondicionalmente.
No sé si estás enterado, pero la palabra de Dios dice que somos adoptados…
«Pero cuando se cumplió el plazo, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, a fin de que fuéramos adoptados como hijos. Ustedes ya son hijos. Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: «¡Abba! ¡Padre!» Gál.4:4-6
Verás, Navidad no es sinónimo de comer pavo y abrir regalos, Navidad es el cumplimiento de la promesa más espectacular jamás imaginada. Ni un segundo antes, ni un segundo después, Dios envió a su Hijo Jesús a esta tierra como un indefenso bebé que creció, se hizo hombre y dio su vida por nosotros.
Su muerte compró nuestra libertad y ahora en lugar de ser esclavos del pecado, hemos sido adoptados como hijos.
Desde el momento en que creíste en Jesús como tu Señor y Salvador perteneces a la familia de Dios, y ya es hora de vivir como tal, llegó el momento de pasar Navidad en familia.
¡Basta ya de vivir con pensamientos lastimosos! Basta de vivir como arrastrados, sintiéndonos abandonados, no amados, sin derecho a ser perdonados o sintiéndonos como apartados de la familia por el hecho de que Dios nos corrija.
¡Basta ya de rebeldía y de andar «probando» a Dios, a ver cuánto nos quiere y si realmente es tan «buenito» como dicen por ahí y nos perdona todos los pecados que últimamente hemos cometido.
Dios ya nos perdonó, Jesús es la prueba de ello, ¡Su amor incondicional lo grita a los cuatro vientos!
Navidad es la oportunidad perfecta para salir de nuestras cómodas paredes y demostrar ese amor a quienes nos rodean.
Navidad es tiempo de ir en busca de esos hermanos que andan dando tumbos creyendo que no son parte de la familia, porque nunca hemos sido capaces de entregarles el amor que nuestro Papá nos ha entregado.
En lugar de apuntarles con el dedo, abramos nuestros brazos y digámosle: ¡Bienvenido a lafamilia querido hermano(a), te estábamos esperando!
¡¡DISFRUTA DE UNA MARAVILLOSA NAVIDAD EN FAMILIA!!
NAZLAND 
Hola, Feliz Día! lei tu post y me gusto mucho…comparto contigo la visión de lo que significa » Navidad» y lo que esa época debe representar para todo sy cad uno de nosotros, yo al igual que tu creo en que tengo muchos «hermanos de la vida», quienes no son otros que aquellos seres maravillosos o no tanto con quienes comparto aunque sea un segundo en esta experiencia de vida. Jesús vino a cumplir una misión trascendental…enseñarnos que sólo el amor es la única vía para encontrar y entrar en el Reino de Dios y que » Amar al Prójimo como a uno mismo, no es otra cosa que un ejercicio espiritual para aprender a amar a Dios, no se puede amar a Dios, despreciando al hermano de la vida. al prójimo, y la Navidad es un excelente momento para ejercitarse. Espero tengas un venturoso año 2009!, seguiré tus lineas, me agrada tu tecnica narrativa y el contenido de tus reflexiones.