Yo no soy adoptada, sin embargo de niña solía pensar que lo era, sobre todo cuando mis papás me regañaban, castigaban o daban mis buenas nalgadas cuando hacía alguna maldad.
– «Si ellos realmente fueran mis padres biológicos no me tratarían así. Un padre de verdad no le daría a su hija unas nalgadas, ni la castigaría«, concluía yo.
Los entendidos en la materia dicen que los hijos adoptivos tienden a tener problemas de apego. A pesar de tener unos nuevos padres y una familia, no logran sentirse parte de ella. Sienten que en cualquier momento los van a volver a abandonar. Esta inseguridad los lleva constantemente a poner a prueba el amor de sus nuevos padres, con rebeldía, malas conductas, etc., para así comprobar que realmente no los aman como para aguantarlos, es decir que no los aman incondicionalmente.
No sé si estás enterado, pero la palabra de Dios dice que somos adoptados…
Sigue leyendo →
Debe estar conectado para enviar un comentario.